Ciencia Vs. Engaños
Apoyando el Debate Cientifico
Descubramos los engaños a través de la ciencia
¡Y esto nos preocupa!
Porque el creciente condicionamiento de las decisiones de los ciudadanos a través de las emociones y los prejuicios corre el riesgo de restringir nuestras libertades y reducir nuestro bienestar. Sobre todo en la actualidad, donde la sociedad depende mucho más de los diferentes ciudadanos que en el pasado.
Ciertamente no es la mayor soberanía de los ciudadanos lo que nos preocupa. Lo alarmante es que, cada vez más seguido, los ciudadanos toman decisiones basadas en información que asumen como real cuando en realidad no lo es; basta con que corresponda a su visión personal del mundo. No analizan los hechos según el método experimental de la ciencia, sino que se aferran a la información que resuena con su propia visión del mundo, sin siquiera discutirla, casi como para fortalecer su propia identidad. Por el contrario, la experiencia histórica demuestra que cerrar la propia mente a las reales condiciones cambiantes del mundo siempre empeora las relaciones de convivencia en la diversidad y conduce a la regresión de la libertad y el bienestar.
¿Entonces por qué sigue ocurriendo? Porque resurge el interés en la utopía tranquilizadora. Se olvida el método crítico detrás del creciente conocimiento científico y en cambio se prefiere volver a la era oligárquica de los hechiceros omniscientes. Se vuelve al antiguo hábito de negar la incertidumbre del tiempo que pasa y de aspirar a la “verdad última” preferida, en lugar de comprometerse a buscar sin pausa, cotejando los hechos, comprendiendo la realidad cambiante, las condiciones de libertad y de mayor prosperidad. Demasiados ciudadanos son tacaños en lo que respecta al método experimental. Para la educación, prefieren las emociones embriagadoras de ciertos prejuicios a la racionalidad empírica.
En la escuela se estudia la ciencia inmóvil, no el método riguroso del conocer y sus frutos siempre temporales; se aceptan los resultados sin reflexionar sobre ellos y sin siquiera intentar falsificarlos. La escuela italiana es una antología de la ciencia, y no un laboratorio. Tiende a confirmar los preceptos – incluso ideológicos – de la comunidad científica dominante, evitando la duda y negando el conflicto científico que enriquece el conocimiento. Esto se refleja en la sociedad y por lo tanto también en la política, y el conflicto entre ideas, típico de las democracias liberales, se reduce al choque de prejuicios siempre dentro al conformismo de lo existente.
Con el fin de promover el método científico y experimental en todas partes, invitamos al Gobierno a adoptar cursos de formación destinados a la experimentación científica y a la epistemología, ya desde la escuela primaria, adoptando el enfoque científico del análisis de contenidos en lugar de apuntar a su simple asimilación.
Invitamos a todos los maestros y profesores a favorecer el método crítico para estimular a los alumnos a refutar lo que se les transmite.
Invitamos a todas las escuelas, más allá de las directrices ministeriales, a estimular el debate crítico sobre los hechos, la falsificación de las hipótesis interpretativas, y a promover formas adecuadas para difundir el método experimental, que es la herramienta más eficaz para respetar el ritmo del tiempo.
Juntos, invitamos a los directores de periódicos así como a los operadores de los medios sociales a promover el control de los hechos y el debate sobre la base del método experimental.
Invitamos a todos los italianos que navegan, intercambian opiniones y discuten, a reflexionar por un momento antes de expresar sus suposiciones, tratando de verificar y refutar cuanto han leído y oído, siguiendo en modo crítico el método experimental.
El objetivo es fomentar un debate más razonado que favorezca el conflicto entre ideas, que facilite el conocimiento y mejore la convivencia entre los diferentes ciudadanos, su libertad y prosperidad.
